Los ciudadanos guatemaltecos acudirán a las urnas el próximo 16 de junio, fecha en la que se elegirán Diputados al Congreso, Parlamento Centroamericano, Corporaciones Municipales, Presidente y Vicepresidente de la República. La campaña electoral que inicia el 18 de marzo se desarrollará bajo nuevas reglas a partir de la reciente reforma a la Ley Electoral y de Partidos Políticos, reglas que plantean un desafío al sistema político, las instituciones y la ciudadanía, en pro de la transparencia de los procesos democráticos para acceder al poder público. Las agrupaciones políticas perciben un ambiente nebuloso por la falta de claridad en cuanto a la aplicación de las “nuevas reglas del juego”, por ejemplo dudas relacionadas con la propaganda, pauta en medios de comunicación y el financiamiento político. El Tribunal Supremo Electoral –TSE- deberá ser el árbitro que garantice la inocuidad del proceso y el éxito de una elección antecedida por grandes desafíos institucionales para el país.
Uno de los cambios más relevantes sobre la propaganda electoral es un restringido acceso a espacios en medios de comunicación para que las agrupaciones políticas lleguen al electorado. Únicamente se podrá pautar propaganda en los medios de comunicación inscritos ante el TSE, y en ocho vallas publicitarias a nivel nacional, por cada partido político. Esto requiere que las 27 agrupaciones políticas que nominarán candidatos deberán ser muy creativas para transmitir los mensajes y generar simpatía hacia sus proyectos políticos. Podrán hacer uso de redes sociales, pero sin la opción de realizar ningún tipo de propaganda pagada.
En este escenario, la desinformación, fácilmente podría convertirse en el lado oscuro de la democracia. Recientemente el Diario ABC de Paraguay, aparentemente habría difundido una noticia sobre el arribo del Mandatario de Bolivia Evo Morales, en estado de ebriedad, nota que se esparció como pólvora encendida por redes sociales, siendo incluso objeto de críticas por la oposición. Posteriormente, el Diario ABC desmintió la autoría de la noticia, determinando que se trataba de “Fake News”. Así, en política, se pueden citar varios ejemplos de este tipo de noticias falsas o engañosas, por ejemplo, los votos fraudulentos que habrían beneficiado a Hillary Clinton y el apoyo del Papa Francisco a la candidatura presidencial de Donald Trump.
Lo que queda claro, es que la información se genera y se difunde con un objetivo, que puede ser por ejemplo generar tráfico hacia un medio digital para monetizarlo, influir negativa o positivamente respecto a algún producto, competencia, medio, persona, o en el tema que se aborda, candidato o proyecto político.
Este año dos precandidatos a puestos de elección popular en Guatemala, presentaron denuncias debido a comunicados falsos que circulaban en redes con el objeto de confundir a la población sobre posiciones políticas cuestionables. El crecimiento de los medios de información y sistemas digitales de mensajería, facilita que un mensaje llegue a miles de receptores en cuestión de segundos y determinar su autoría u origen resulta sumamente difícil.
La era digital se ha convertido en una de las principales fuentes del conocimiento, proporcionándonos información que nos ayuda a construir criterios, opiniones, estrategias comerciales, estrategias políticas, políticas públicas, a decidir cuál es el camino más corto para llegar a casa o lograr un objetivo.
Para los votantes, la información es la clave para conocer a los candidatos, sus ideologías, sus planes de trabajo, sus antecedentes, su preparación y formación para elegir quién formará parte de la dirección de los asuntos públicos. Es por eso, que el desafío se traslada al ciudadano para identificar la información veraz, en un vasto mar inundado de datos, y aunque pareciera ser como buscar una aguja en un pajar, algunos criterios son importantes para hacernos de información relevante y verdadera.
Tener la información real permite tomar mejores decisiones. ¿Cómo nos enfocamos entonces en lo que es real y desechamos la información falsa en época electoral? Verificando las fuentes de información, obtenerla de los sitios oficiales de los partidos políticos e instituciones públicas, atendiendo a foros y debates, no dejarnos guiar por titulares, investigar las fuentes de información, no difundir noticias que parecen falsas o sesgadas, comparar con otros medios de comunicación, informarnos sobre sitios o personas que suelen difundir información cuestionable o falsa, pero principalmente no adoptar conclusiones hechas por terceros, sino formarnos nuestras propias conclusiones, tener un criterio propio.
Con la expansión del internet se ha afirmado que los medios de comunicación tradicionales han tenido que hacer frente a una crisis que los ha llevado a migrar a los medios digitales; pero más que una crisis, es una realidad a la que no solo los medios han tenido que adaptarse, sino todas las personas, sus lectores, sus colaboradores, sus anunciantes, las empresas de publicidad y relaciones públicas y la sociedad.
En el ámbito económico la información electoral es de suma importancia, ya que ayuda a las empresas a proyectar escenarios que permitan tomar mejores decisiones y generar acciones preventivas frente a eventuales decisiones de gobierno, nuevas regulaciones administrativas, legislativas o identificar grupos de interés relevantes, que pueden influir o afectar en mayor o menor grado a la empresa. Entender cómo piensa un candidato o qué acciones pueda tomar de resultar electo, que puedan afectar a un negocio, a un contrato, o a una industria, debe ser de especial atención.
En época electoral debemos, especialmente, analizar y contar con información veraz y de calidad. Si esto es una prioridad y puede afectar nuestros intereses como empresa, podemos auxiliarnos de firmas o profesionales dedicados de forma objetiva al seguimiento y generación de información especializada en materia política, económica y social, información que nos permita tener un mapeo de actores clave y escenarios para anticiparnos efectivamente, a contingencias que afecten nuestro giro de negocios.
José Estuardo Córdova
Socio de Political Consulting Group
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